Globalia

Bruselas, capital mundial anti-colillas

La capital belga aprueba una ley con la que se podrá multar a todos aquellos ciudadanos y turistas que arrojen a la vía pública los restos de sus cigarrillos.

Empresas, organizaciones, países e individuos, todos tenemos la obligación de sumar en el reto de frenar el cambio climático y acabar con la contaminación. Un objetivo que no es nuevo. Hay papers científicos, como el publicado en la revista Journal of Archaeolical Science, que demuestran que ya en el Paleolítico Superior los primeros homo sapiens reciclaban mediante la reutilización de sus herramientas. ¿La fecha? Hace más de 13.000 años.

El movimiento ha ido creciendo con el paso del tiempo y la gestión de las basuras que generamos se ha modernizado. Incluso los últimos avances tecnológicos como el Big Data permiten optimizar esta cuestión. Y a esta ola de modernidad sostenible se suman actuaciones como las tomadas por los Ayuntamientos de Madrid o Barcelona para reducir el uso del vehículo privado.

Acabar con los residuos de las calles

Cuando paseamos, por ejemplo, por alguna de esas dos ciudades seguro que podremos cruzarnos en pocos minutos con decenas de colillas de cigarro. Restos que contaminan más allá de lo que ven tus ojos y que tardan hasta doce años en degradarse.

Más pruebas. En la ciudad belga de Bruselas, en 2018, el movimiento Leo Not Happy recolectó en tres horas más de 250.000 colillas. Por motivos como ese, el gobierno ya ha aprobado medidas para sacar de sus calles este tipo de residuos. Medidas entre las que se incluyen multas de más de doscientos euros a todo aquel ciudadano o turista que arroje a la vía pública la colilla de su cigarro.

Desde el gobierno de la nación, además, se pretende que corra a cargo de las empresas del sector tabaquero la limpieza de los restos de colillas de las calles.

Nuevo plan de acción

El gobierno de Bruselas aprueba la normativa por la cual multará a todos aquellos individuos que arrojen a la vía pública los restos de sus cigarrillos. Una propuesta que se enmarca dentro de un plan de acción medioambiental: Plan Filters. Con esta idea, la ciudad belga quiere alentar la concienciación de sus ciudadanos para aportar pequeños gestos que frenen la destrucción del planeta.

Dentro de este Plan Filters, además, se han instalado decenas de ceniceros por toda Bruselas para ayudar a la consecución del objetivo.

No es la primera ciudad en Bélgica que pone en marcha un plan de este tipo. Otras poblaciones ya se encargan de recolectar y reciclar los restos de los cigarrillos como es el caso de Anderletch. Una muestra clara del compromiso del país en la lucha contra la contaminación.

Air Europa ofrece a diario varios vuelos directos a Bruselas desde el aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez.

Sergio F. Núñez