¿Alguna vez has intentado definir el tipo de turismo que haces? ¿Sueles seguir una rutina o varías en función del destino? El ecoturista, protagonista absoluto de este artículo, tiene una forma muy definida de viajar.
Lo suelen hacer en compañía, mayoritariamente en pareja, y en busca de un destino natural basado en recomendaciones de gente cercana. Las casas rurales son su alojamiento favorito para poder desconectar de su día a día. Esto último se percibe por la forma en que reservan sus viajes: no suele haber previsión alguna y la contratación del alojamiento se suele llevar a cabo pocas semanas antes del inicio.
Las motivaciones del ecoturista suelen estar basadas en reconectar con la naturaleza y descansar, además de llevar a cabo actividades deportivas como el senderismo o más artísticas como la fotografía. También están muy interesados en conocer la historia y la tradición de los lugares que visitan, además de ser unos apasionados por la gastronomía local.
El perfil del viajero sostenible
El último informe del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo dibuja al ecoturista como un adulto, mujer u hombre, de entre 35 y 65 años, con estudios superiores, con trabajo en activo y con un nivel adquisitivo medio o medio-alto.
Son amantes de la naturaleza más del 36%, pero en su mayoría no se consideran especializados en la materia. Solo el 6% se define como “observadores especializados de la naturaleza”. Además, el 55% de este tipo de viajeros elige los destinos de entornos naturales y responsables con la biodiversidad de la zona entre dos y cuatro veces al año.
¿En qué gasta su dinero el ecoturista?
La inversión del viaje, según el informe del Ministerio, se establece entre los 100 y los 150 euros diarios. En ese gasto debemos incluir tanto el alojamiento como la manutención como las actividades que se realizan. Además, el ecoturista invierte directamente en productos de proximidad con la compra de artesanía y gastronomía local.
Un tipo de turista responsable, que tiene un modo claro y rutinario de hacer las cosas y que encuentra en la naturaleza su vía de escape. Quiere reconectar con ella y consigo mismo, por encima de todo, sin que la inversión económica sea un hándicap. Y es que, el ecoturismo nos da mil y una opciones.