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‘Night Fever’: la belleza de salir de fiesta

Esos años locos de juventud en los que disfrutabas saliendo hasta altas horas de la madrugada vuelven ahora en forma de exposición.

Caía la noche y te transformabas. Daba igual que en la calle hiciera frío o calor. Que lloviera, que nevara o que el tiempo fuera maravilloso. No importaba cómo hubiera sido tu semana ni pensabas si quiera en cómo sería tu vida el lunes siguiente. La única decisión realmente importante era la del local que escogerías para perder la cabeza la noche del sábado.

Unos años de locura, desenfreno y disfrute absoluto. Sin pensar en responsabilidades ni medir las consecuencias de tus actos. Unos años maravillosos que parecía que nunca volverían… hasta ahora.

Una de las grandes mecas del diseño europeo y del arte de disfrutar de la noche, la ciudad de Copenhague, abre sus puertas a una exposición única que será capaz de devolverte a aquella época de tu vida. Haz la maleta, compra un billete de Air Europa y sumérgete desde el Design Museum de la capital danesa, en la exposición ‘Night Fever. Designing Club Culture 1960 – today’. Un repaso exhaustivo a todo lo relativo al diseño y la evolución de aquellos clubes que hacen las delicias de medio mundo desde hace más de cincuenta años.

La exposición no se centra en lo que sucedía en las madrugadas danesas. El valiente objetivo del Design Museum de Copenhague es el de intentar retratar las fiestas de todo el planeta. Han logrado llevar hasta sus dependencias un sinfín de reliquias de decenas de discotecas icónicas como “Studio 54” de Nueva York, “Electric Circus” de Hamburgo, “La Hacienda” de Manchester o “Berghain y “Tresor” de Berlín.

Disfrute hedonista y autodestructivo

Jochen Eisenbrand es el comisario de esta exposición que en sus propias palabras “pretende ser un canto por el disfrute hedonista y algo autodestructivo de nuestro cuerpo que hoy ya no tiene cabida en nuestras vidas”. Ahora se llenan, y de día, los gimnasios y los parques de gente entrenando y haciendo deporte. Los combinados han dejado paso a los smoothies y las bebidas détox. Y la oscuridad solo perturbada por las luces de neón se ha convertido en la claridad de los días a la hora del aperitivo.

La estética techno invade a esta exposición y es el eje fundamental sobre el que se cimienta. Los grandes DJs ocupan lugares destacados dentro del espacio para rendirles homenaje, además de imponentes maquetas de los más importantes clubes de las últimas décadas. Pero una de las grandes joyas de la exposición es la instalación que simula, gracias a luces y espejos, la que podría haber sido una gran discoteca en la década de los ochenta o los noventa.

Un destino obligatorio para los amantes de la música techno pero sobretodo de quienes deseen retrotraerse a una época única e irrepetible de sus vidas.

Sergio F. Núñez