El Sena y sus impresionantes puentes son grandes personajes de mi última novela, Una sirena en París (Reservoir Books). Esta fábula moderna reivindica el poder de la imaginación y cuenta cómo, en pleno mes de junio y de forma inesperada, las aguas del río suben y amenazan con inundar la ciudad. Se rumorea que junto a los muelles están desapareciendo personas. Aun así, Gaspard Snow, un músico en bancarrota, se empeña en seguir la pista de un canto hasta la orilla del Sena, donde encuentra a una sirena malherida. La novela traslada a los lectores a algunos de mis lugares preferidos de París, como los puentes, especialmente el Pont des Arts, uno de los más emblemáticos de la ciudad, donde el Ayuntamiento tuvo que declarar la guerra a los candados que se colocaban allí como símbolo del amor. Por otro lado, en marzo llega a los cines la película basada en el libro, también impregnada de realismo mágico y amores imposibles. El filme, que dirijo y para el que he compuesto la banda sonora, cuenta con actores como Marilyn Lima o Nicolas Duvauchelle y con la aparición Rossy de Palma. Creé su personaje pensando en ella porque la admiro como actriz y porque es muy divertido trabajar a su lado. Además, me encanta el cine de Almodóvar.
Dónde inspirarse
En París, cada rincón, cada café y cada esquina es una inspiración para el posible escenario de una película. Amo la escritura, la música, la literatura y el cine a partes iguales y reivindico los paseos por todos los muelles de la ciudad. Como necesito tener varios proyectos a la vez, hay días en que no consigo estarme quieto. Cuando quiero salir a caminar y despejarme la cabeza, siempre termino en el Quai de Montebello hacia Notre-Dame, que es uno de mis muelles favoritos. También me gustan el Quai Aux Fleurs, el del Hôtel de Ville y la Isla de San Luis. Justo allí, la heladería Berthillon tiene la capacidad de volverme a hacer sentir como un niño. ¡Venden los mejores helados de la ciudad!
Qué hacer
Cuando salgo a pasear por las mañanas sin haber desayunado o cuando ha pasado mucho tiempo desde que comí algo, me gusta recalar en Le Charlot (38, Rue de Bretagne). Lo mejor es su magnífica terraza, absolutamente mágica. Puedo pasar varias horas allí y quedarme un buen rato leyendo: soy un lector voraz. Para encontrar esas primeras ediciones de los clásicos que tanto me gustan, suelo acercarme hasta la maravillosa y cinematográfica librería Shakespeare & Co. (37, Rue de la Bûcherie), de donde siempre salgo con algún tesoro. Con toda esa variedad de libros en inglés, uno se siento como si estuviera dentro del universo de Harry Potter. Otro lugar al que voy para leer con tranquilidad y observar a la gente es el hotel Le Pavillon de la Reine (28, Place des Vosges), con su spa, su gimnasio y su sofisticado bar. Cuando busco cultura, me dirijo al Musée des Arts Forains (53, Avenue des Terroirs de France), un museo privado, situado en el barrio de Bercy, que expone maravillosos objetos de circos y ferias. Por supuesto, el Louvre (rue de Rivoli) y el Museo D’Orsay (1, rue de la Légion) son dos clásicos.
Dónde detenerse
París es la ciudad de los teatros y Les trois Baudets (64, Boulevard de Clichy) está entre mis preferidos. Nació para que jóvenes artistas, la mayoría de las veces desconocidos, tuviesen la oportunidad de actuar delante de público. Allí también podéis verme tocar de vez en cuando con mi banda de rock, Dionysos. Tiene además un bar y un restaurante estupendos, Les marmites volantes (69, rue Armand Carrel), con unas vistas increíbles al boulevard Clichy. No lejos de allí, la basílica del Sacré Coeur ofrece mi panorámica favorita de la ciudad.
Les trois Baudets. Sacré Coeur.
Air Europa tiene cuatro vuelos diarios programados entre Madrid y el aeropuerto París-Orly.