Globalia
Roma
Fotos del reportaje: Lorenzo Maccotta.

Roma, belleza tras la belleza

Hay una Roma oculta detrás de la que conocemos, una urbe no habitual de las guías que se vuelve invisible por la abundancia de la belleza. Si la ciudad eterna es una enciclopedia, esta publicación de mármol y piedra tiene otras muchas páginas.

Hay quien afirma que Roma produce ensoñaciones que conectan el pasado con el presente, y muchos turistas relatan haber tenido curiosos sueños aquí. Al padre del psicoanálisis, Freud, le apasionaban los contrastes de esta ciudad que le parecía imperativa, y dedicó sus últimos años a conectar arquetipos del pasado con un presente novedoso. A Mussolini, Roma le inspiró la Tercera Roma, un barrio en las afueras lejos de circuitos turísticos: al visitar sus edificios de arquitectura fascista uno se siente en el interior de una pintura metafísica de De Chirico. Onírica también es la sensación en la antigua Central Montemartini, rodeado de dioses y máquinas en un espacio industrial que hoy alberga una parte de la colección de los Musei Capitolini; también son ilusorios los museos de arte contemporáneo en una ciudad dominada por el pasado, del impresionante MAXXI de Zaha Hadid al underground que contiene el MAAM. Roma, afortunadamente, pueden ser muchas cosas a la vez.

La Central Términa Montemartini incluye parte de la colección de los Museos Capitolinos entre la herencia industrial del siglo XX.

Para Marie-Louise Sciò, empresaria, “no hay un lugar como Roma. Crecí aquí, rodeada de belleza, para mí es la ciudad más hermosa del mundo”. Su escultor preferido es, por descontado, Bernini. Pero lo decimonónico también le parece seductor: el Orto Botánico, que presume de una decadencia tan evocadora, y el Museo Hendrik Christian Andersen, en la Via Pasquale Stanislao Mancini, que refresca la mirada con una colección de esculturas de los siglos XIX y XX.

El Orto Botánico, antigua residencia de Cristina de Suecia.

“Roma tiene un poco de animal sagrado, de ruina presente y de museo al aire libre”, afirma Adolfo Serra, ilustrador español becado este año por la Academia de España en Roma, con las vistas privilegiadas de la institución desde el monte Gianicolo. “Hay algo muy instintivo y primario aquí… los sabores, la luz, el color, el goce de la vida. Tienes que estar alerta para que la ciudad no te devore, pero también ser consciente de todo lo que esconde”. La Academia es, en sí misma, un lugar singular que merece una visita –no sólo a su archiconocido Tempietto de Bramante–: “Es un espejo de esta ciudad, un lugar con una historia y energía que se remonta a 1873, pero abierta a las nuevas disciplinas, al diálogo”.

El MAAM, Museo dell’Altro e dell’Altrove di Metropoliz, un espacio expositivo alternativo.

Para Stefano Aluffi , fundador de la empresa A Private View of Italy, es increíble que no se conozcan sitios como la casa de Mario Praz en Zanardelli Giuseppe. En opinión de Aluffi , la clave para entender la ciudad es que “Roma fue una monarquía por elección, y cualquier nueva familia papal se convertía en familia real”. El sitio más secreto de Roma podría ser “la iglesia de los Santi Quattro Coronati. Si pides una llave a las monjas, puedes visitar la capilla de San Silvestre, con una antigua representación de la vida del primer emperador romano. Pero hay mucho más…. hay una Roma enorme oculta en Roma”.

Bomarzo y los monstruos

“Roma no se agota”, afirma el ilustrador Adolfo Serra. “Más allá hay lugares increíbles, como la iglesia de Ceri, La Necrópolis Etrusca de Banditaccia o el Sacro Bosque de Bomarzo, un bosque misterioso con esculturas de monstruos objeto de mi proyecto artístico e investigación”. Un parque de atracciones del Renacimiento, Bomarzo, creado por Pierfrancesco Orsini, del que el propio Dalí afi rmó que era el auténtico origen del surrealismo 400 años antes y que inspiró una novela y una ópera.

Bomarzo fue un parque de atracciones repleto de esculturas monstruosas.

Roma y el mar

No parece imaginable, pero es posible: estar visitando Roma de día y dormir frente al mar. La Posta Vecchia es un ejemplo de esa posibilidad: una gran casa con una colección de arte muy notable que, muy cerca del mar, mantiene la habitación por ejemplo donde dormía J. Paul Getty o algunas famosas actrices internacionales. Para la empresaria Marie Louise Sciò, que dirige La Posta Vecchia, más que un hotel, “el lugar es una vivienda del siglo XVI o un museo arqueológico”. Además, está “a escasos 30 minutos de Roma, al borde del mar”.

Dónde comer

Renato e Luisa. En la Via dei Barbieri está esta trattoria en la que tomar alcachofas y más: una cocina tradicional reelaborada en un ambiente informal pero cool, con un aire romano auténtico.

Restaurante Imàgo. En la última planta del hotel Hassler Roma, Imàgo es el primer restaurante que tuvo auténticas panorá- micas de Roma, hoy mantiene su estilo años cincuenta y una carta elegante, pero no desmesurada.

Da Enzo al 29. Probablemente, la mejor Carbonara del Trastévere y una de las mejores de Roma se encuentra en este enclave con pocas mesas que requiere siempre esperar una pequeña fila.

Las terrazas en Roma aparecen incluso encima de edificios históricos, como en la Piazza della Trinita dei Monti.

Dónde comprar

Sartoria Giuliva. En el corazón de Roma y en la tradición napolitana, esta sastrería clásica italiana creada por dos jóvenes emprendedores es el lugar para encargar y concederse, al fin, un auténtico traje italiano.

Delfina Delettrez. Desenfadadas, exuberantes, femeninas y sin pedir permiso para ser disfrutadas. La joyería de la diseñadora Delfina Delettrez es un regalo seductor para quien visita Roma.

Lorcan O’Neill Galería. El galerista irlandés más conocido de la ciudad por los nuevos coleccionistas: siempre merece la pena una visita a sus exposiciones temporales.

Air Europa te lleva a descubrir los secretos de Roma en cualquiera de sus tres vuelos diarios.

Rubén Fernández-Costa