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Lisboa en 48 horas: sí se puede

Por su cercanía, Lisboa es la capital europea más cómoda de visitar para los españoles. Con una pequeña escapada de fin de semana podremos conocer los principales puntos de interés de la ciudad.

En menos de una hora y media y desde 46 euros con un vuelo de Air Europa podemos desplazarnos hasta Lisboa y pasar dos días recorriendo sus empedradas calles, subiendo sus empinadas cuestas y llenándonos el estómago con su estupenda gastronomía.

La capital portuguesa es un gran destino para un viaje exprés. Casi todos sus puntos de interés están concentrados en el centro de la ciudad, y es asombrosamente fácil moverte por ella, ya sea en tranvía o con su gran oferta de movilidad turística, con empresas como Live Electric Tours, que te permite alquilar un coche eléctrico con guía de la ciudad incorporada. Si quieres visitar una gran ciudad europea pintada en colores pastel y con el encanto de un pequeño pueblo, Lisboa es tu mejor opción.

Pero… ¿cómo distribuir tu tiempo allí si solo vas a pasar 48 horas? Si lo haces de forma eficiente, sin prisa pero sin pausa, podrás ver sus localizaciones más famosas y no perderte nada. Lo más importante es llevar una lista como esta de lo que no debes perderte.

Plaza del Comercio

Es una preciosa y amplia explanada a orillas del Tajo, y el sitio donde antes estuvo situado el Palacio Real. Si vas, te toparás con decenas de personas haciéndose fotos desde todos los ángulos de la plaza. Atravesando el arco más grande que hay entre sus tres paredes de edificios amarillos, accedes a Rua Augusta, la principal arteria de La Baixa, la zona llana de la ciudad situada entre los barrios de Alfama y Chiado.

Alfama

En este barrio debería estar prohibido el uso de Google Maps, porque el mejor plan es perderse por sus calles y descubrir sus rincones más costumbristas. Con miradores para ver toda la ciudad, lleno de pequeños restaurantes de comida casera y con los mejores locales para escuchar fado, Alfama es un pequeño oasis en el corazón de la ciudad coronado por el Castillo de San Jorge.

Castillo de San Jorge

Es el punto más alto para tener una panorámica de Lisboa. Situado en lo alto de una colina, esta fortaleza del siglo V que hubo que reconstruir tras un terremoto que asoló la ciudad en el XVIII, es uno de los puntos más visitados. En una de sus 11 torres hay un periscopio con el que puedes disfrutar de una vista 360º de la ciudad.

Elevador de Santa Justa

Bajando de San Jorge por Alfama vuelves a La Baixa, donde en una de sus calles te toparás con este imponente ascensor de hierro de 45 metros de altura. En su parte superior cuenta con un mirador (sí, otro mirador), pero además de ofrecer la enésima vista maravillosa de la ciudad, su función es comunicar La Baixa con el barrio de Chiado. Subir en él y disfrutar del paisaje cuesta 5,30€.

Chiado

Considerado el barrio más bohemio de la ciudad, los amantes de la cultura y de ese paisaje algo decadente tan típico de Lisboa tienen aquí su rincón más especial. Lleno de cafés, de peculiares tiendas y de librerías, Chiado es una zona muy turísitca… pero de visita obligada.

Barrio Alto

Muy cerca de Chiado está el Barrio Alto, la zona con más vida nocturna de Lisboa. Está abarrotado de restaurantes, de pubs y de bares de todos los estilos para pasar una velada tranquila tomando algo para descansar de tu intenso día de turismo. Eso sí, olvídate de grandes discotecas en este barrio.

Torre de Belém y Monasterio de los Jerónimos

Este conjunto arquitectónico es, sin duda, lo más visitado de Lisboa lejos del centro. A 35 minutos en tranvía desde la Plaza del Comercio cogiendo la línea 15 se encuentra el barrio de Belém, a orillas del Tajo. Famoso por sus típicos pasteles (las colas en la confitería más famosa del barrio, abierta desde 1837, son larguísmas, da igual el día, da igual la hora), irás por su repostería y te quedarás por sus dos preciosos monumentos. El Monasterio de los Jerónimos data del siglo XVI, y la iglesia y el claustro son los puntos más interesantes de ver. A menos de un kilómetro se encuentra la famosa Torre de Belém, construida como una torre de defensa y hoy declarada Patrimonio de la Humanidad. No hay postal lisboeta que no la incluya.

Catedral de Lisboa

Al volver de Belém y bajarte de nuevo en la Plaza del Comercio, tienes una última visita, pero no por ello prescindible: la Catedral Sé de Lisboa. El edificio religioso más antiguo de la capital portuguesa lleva en pie desde el siglo XII, y es una mezcla de estilos, ya que hubo que ir reconstruyendo diferentes partes que deterioraban el tiempo o los terremotos.

María Alba