Donald Trump ha puesto a la venta su hotel en Washington. Como precio de salida, el presidente de los Estados Unidos pide 500 millones de dólares por el Trump International, un establecimiento de cinco estrellas a apenas 15 minutos a pie de la mismísima Casa Blanca. Aunque las críticas por supuesta corrupción y conflicto de interés vienen de lejos, Trump ha admitido ahora que el hotel supone un problema para él y para su partido. A un año de presentarse a la reelección y con un posible ‘impeachment’ (procedimiento de destitución) amenazándole, ha decidido dar al fin su brazo a torcer.
Tal y como podemos leer en ‘La Vanguardia’, el hotel ha sido objeto de polémica desde la elección de Trump en 2016. Entonces, el millonario se negó a deshacerse de sus negocios -como sí hicieron casi todos sus predecesores en el cargo- y prefirió ceder el control a sus hijos. En 2018, el hotel ingresó 41 millones de dólares. Organizaciones ciudadanas de control del Gobierno documentan y denuncian cada estancia y cada acto que, a su juicio, indica que Trump puede estar violando la cláusula de emolumentos de la Constitución de Estados Unidos, que prohíbe que el presidente reciba pagos o regalos de países extranjeros.
Trump ha contratado los servicios de una consultora inmobiliaria para vender sus derechos de explotación del hotel, instalado en un edificio con 121 años de antigüedad. “Hay gente que tiene objeciones a que hagamos tanto dinero con el hotel y por tanto podemos estar dispuestos a venderlo”, anunció hace unos días Eric Trump, tercer hijo del magnate.
Hace sólo una semana, Trump ya tuvo que dar marcha atrás en su decisión de organizar la próxima reunión del G-7 en un hotel de su propiedad en Miami (Florida).
